Cuando miramos el
mundo, no nos damos cuenta de que la luz, que incide en los objetos de nuestro
alrededor, dota al mundo de colores y que estos, a su vez, nos dotan a nosotros
de sentimientos y sensaciones. El color rojo, de entusiasmo, fuerza, amor; el color
blanco, de pureza, tranquilidad y de paz interior, y el color rosa y el morado,
que organizan y crean armonia con mis sensaciones, el vino y las viñas de Sant
Martí de Sarroca y mi enamoramiento por el Penedés.
El color nos
comunica y nos hace sentir, por eso el color es terapia, el color es
salud.